La desollaron, México. La desollaron. A todos los hombres: esto lo hizo uno de nosotros. A Ingrid la asesinó uno de nosotros. Ingrid fue atacada brutalmente por uno de nosotros. Antes de que digamos que a 'nosotros también nos matan', detengámonos a pensar muy bien antes de decir una sola palabra. Detengámonos a analizar el tema del feminicidio. Tomaré los datos que se nos acreditan, a nosotros, a nuestro género. Cerca del 95% de todos los homicidas en nuestro planeta, son hombres. La violencia en todo el mundo es perpetrada, en su vasta y casi absoluta mayoría, por nosotros. La tasa es prácticamente la misma en todos los países, en todas las regiones. Esto es un asunto de hombres, es innegable y necesitamos reconocerlo. El primer paso para dirigirnos a la solución de un problema es reconocer su origen, sus causas raíz. Y este problema está en nosotros, las estadísticas no mienten. En el caso particular del feminicidio, el cómo y el por qué son totalmente distintos al homicidio en general. Es necesario diferenciar entre ambos conceptos, de esa manera se puede estudiar el tema de manera adecuada y, así mismo, trabajar en su prevención. Al menos en México, mientras los hombres son asesinados por temas relacionados a tráfico de armas, narcotráfico, secuestros, delincuencia organizada, ajuste de cuentas, riñas entre ellos por el alcohol, las mujeres son asesinadas, principalmente, por motivos relacionados a sus ex-parejas (hombres), por temas de abuso sexual, por violaciones, porque los hombres utilizan su propia fuerza para abusar sexualmente de ellas y después asesinarlas, asfixiarlas, acuchillarlas, quemarlas... desollarlas. Para después arrojar sus restos a la intemperie. ¿Qué nos pasó México? ¿En qué momento nos convertimos en esto? ¿En qué momento dejamos que el país que habitan nuestras madres, nuestras hermanas, nuestras novias, se convirtiera en este escenario tan desolador?
Citando a Dietrich Schwanitz, uno de los autores que más influencia tuvo en mí durante mi preparatoria, "El más fiel indicador del grado de civilización de un país, es la cortesía y la consideración hacia las mujeres." El panorama, acorde a tales palabras, es muy triste para México, puesto que hoy en día, la pintura "Unos cuantos piquetitos", de Frida Kahlo, sigue muy vigente al día de hoy en. Qué tristeza me causa que no hemos progresado en todo un siglo. Frida Kahlo plasmó perfectamente en esta obra cómo se minimizan los feminicidios. Hoy en día, se les sigue minimizando. Y las mujeres que se atreven a salir a las calles, y protestar, reciben burlas. Nos podemos dar perfectamente una idea del grado de civilización de México a partir de ello. Y que nos ofenda más un monumento pintado, a la cifra tan alarmante de mujeres asesinadas en el país por motivos de género, de abuso, dice mucho de nosotros. Los monumentos, los vidrios rotos, no tienen valor alguno comparado con las atrocidades cometidas contra las mujeres, de parte, sí, de nosotros, los hombres.